En mi familia pasan algunas cosas que para la mayoría no son algo común, siempre ha sido así. No somos a lo que se le llama “normal”. Tenemos algunas habilidades que el resto de las personas no tiene. El tipo de habilidad varía dependiendo de la generación y cada diez años la habilidad con la que nacemos cambia, así esa nueva generación tendrá un nuevo poder que será diferente al resto. Es responsabilidad de los ancianos guiarlos a lo largo de su infancia y enseñarles a usar su poder. Este poder no se desarrolla sino hasta los 7 años que es cuando los niños deben ser internados en las escuelas especiales.
Cada 10 años cuando surge una nueva habilidad, dentro de esa generación siempre nace un grupo de niños especial; estos se conocen como los maestros. Ellos siempre tienen la misma habilidad: el poder de entender todos los demás poderes, así ellos serán entrenados de manera especial por los maestros ancianos y siempre existirán para ayudar a los de las nuevas generaciones. Todos los ancianos nacieron bajo la categoría de maestros.
Si bien es cierto que nuestro cuerpo no es inmortal, nuestro tiempo de vida es varias veces el promedio de vida normal. Así, aunque sí llegamos a morir naturalmente, pasará mucho tiempo antes de que sea el momento.
Las habilidades son de todo tipo, van desde telequinesis, la capacidad de volar o leer la mente, hasta personas que su poder es cambiar el color de su piel, ojos o la forma de su cuerpo, incluyendo presentarse como hombre o mujer según ellos decidan. Otros tantos también son inmunes a todo tipo de venenos o tienen la habilidad de ser amados por todas las personas sin importar como se comporten. Estos últimos fueron algo problemáticos mientras estuvieron en la escuela.
Dentro de la rama principal de la familia, hay quienes tienen el poder de iniciar o acabar con una guerra, comunicarse con seres espirituales o el poder de entender y comunicarse en todos los idiomas y dialectos. En mi caso, mi poder es algo especial, nuestra generación nació con el poder de controlar el mundo de los sueños. Tenemos la habilidad de crear un escenario y cambiarlo a conveniencia. También podemos llamar a una o varias personas a este mundo e interactuar con ellas ahí.
En la infancia, cuando cumplimos los 7 años y llegó el momento de internarnos en la escuela, los ancianos nos enseñaron como visualizar y crear los paisajes, como entrar en este mundo y diferenciarlo de los sueños normales.
También aprendimos sobre lo que teníamos que hacer para lograr llamar a una persona a estos paisajes. Nos enseñaron como hurgar dentro de las mentes y recuerdos pasados de estas personas siempre y cuando estemos dentro del mundo de los sueños. Aun así, no nos es posible ver detalles que nos permitan encontrarnos con ellos en la vida real, así que seremos incapaces de ver algo como su actual dirección o saber cuál es su nombre.
En cuanto a vidas pasadas, podemos verlo todo ya que esto no causa que podamos encontrarnos con ellos en el mundo físico. Sin embargo, hay una restricción que no podemos ignorar, no podemos bajo ninguna circunstancia, llamar a un humano común más de 3 veces y el tiempo que podemos retener a esa persona en nuestro propio paisaje es limitado. Los cuerpos de los humanos son débiles y no resisten tanto tiempo el desgaste que significa entrar en el mundo de los sueños, a diferencia de cualquiera de nosotros que puede ser llamado tantas veces sea necesario y durante todo el tiempo que así se quiera.
Cuando éramos niños y estábamos en la escuela, llamábamos a nuestros familiares para practicar ya que sus cuerpos no sufrirían ningún desgaste o daño. También nos llamábamos entre nosotros para de esta forma también entender la experiencia desde la perspectiva de la persona que estaba siendo llamada.
Se nos enseñó que entrar en el mundo de los sueños, significa ayudar a guiar el camino de las personas, es por lo que normalmente llamaremos a alguien solo una vez y le mostraremos pistas sobre la ruta que debe seguir. Luego de esto, no interferiremos más.
Cada persona tiene derecho a seguir el camino que así prefiera, nosotros solo damos un pequeño empujón cuando alguien se encuentra perdido y necesita nuestra ayuda, después de esto nos retiramos. Si fuera necesario, haremos una segunda llamada y rara vez usaremos una tercera, la cual, según las reglas, será la última.
Dentro de todas las personas que aparecen en nuestra mente en busca de ayuda, hubo una que particularmente llamó mi atención. Una joven solitaria que había perdido su rumbo y la noción de hacia dónde ir. Por alguna razón, a ella quise investigarla un poco más, quise adentrarme todo lo posible en su historia presente y pasada.
Descubrí que había alguien con quien ella se encontraba en todas sus vidas, esta alma que la encontraba cada vez donde estuviera, por algún motivo no había logrado encontrarla esta vez.
Según lo que pude ver, este era su juego habitual, llevaban siglos haciéndolo. Siempre había algo que le hacía difícil el poder encontrarla y como resultado, nunca se encontraron desde una etapa temprana de sus vidas, aunque esta vez había sido la espera más larga de su historia.
Ella vivía con un vacío en su corazón ya que sentía que algo faltaba, pero ya que no sabía qué era aquello, mucho menos podría saber cómo encontrarlo. Esta debía ser la ayuda que inconscientemente me estaba pidiendo, ayudarla a encontrarse con su persona destinada.
Entre más indagaba en su vida, más familiar se me hacia todo. Algo me decía que esta historia no era nueva para mí.
Aun sin haberla llamado, note que había algo diferente en ella, no se sentía como ninguno de los casos anteriores que había tenido.
Fue tanta mi inquietud sobre esta persona, que le pedí ayuda a uno de los familiares de mi generación para que buscara dentro de mi historia pasada. Necesitaba que buscara si algo coincidía con la historia de esta joven. Ya que nosotros mismos no somos capaces de indagar sobre nuestras propias vidas, alguien más debía hacerlo.
Este familiar entonces encontró el porqué de mi inquietud; esa persona que debía encontrarla en cada vida, esa persona que aún no había sido capaz de llegar a su vida no era otro más que yo mismo. Esta vez, ella me había encontrado a mí por medio de mi habilidad, ella era mi persona destinada y ahora yo debía encontrarla en el mundo físico, pero ¿cómo?
Las restricciones fueron hechas para que no pudiéramos interferir en la vida de las personas, por esto no podemos ver donde viven o saber sus nombres. Incluso si esa persona nos lo dijera, ninguno sería capaz de recordarlo una vez que estuviera despierto.
Aunque no estaba seguro de qué hacer para encontrarla, quería verla y la única forma de hacerlo era llamándola, utilizar las únicas tres oportunidades que tenía para hacerlo. ¿Que quedaría después de eso?, no era algo de lo que pudiera estar seguro, pero intentarlo era la única opción.
A partir de ese momento, estuve indagando con más atención sobre su vida, quería saber todo de ella, las cosas que le gustan y las que no, a que se dedica en la vida, cuáles son sus aspiraciones; ese tipo de cosas.
Descubrí que le gusta la playa y escuchar las olas del mar. También descubrí que no le gustan los lugares calientes porque no tolera muy bien el calor así que, aunque le guste la playa, no las visita en verano.
También encontré que estudió medicina y trabaja en un gran hospital. Pasa muchas horas trabajando y casi no se relaciona con amigos o familiares. La mayoría de su tiempo lo pasa con sus pacientes y se ha ido aislando cada vez más de todo lo demás. Durante todo este tiempo ha pasado justificando su falta de tiempo con la excusa de su trabajo y sus horarios alternos.
En cuanto a mí, me gustaría poder preguntarle muchas cosas, pero aun llamándola, no hay tiempo suficiente. La base de nuestra habilidad es guiar a las personas con pistas mediante los sueños y para esto no es necesario una gran cantidad de tiempo, si tratamos de darles a las personas demasiada información, solamente las confundiremos, por lo tanto, ese poco tiempo normalmente es suficiente para cumplir con nuestro propósito. Esa limitante nunca la había cuestionado anteriormente…
Antes de llamarla por primera vez, me aseguré de crear un lugar que ella amara. Una hermosa playa donde no hiciera calor, así como a ella le gusta. También coloqué un hermoso cielo estrellado. Del otro lado de la playa, un frondoso bosque.
En el medio quise colocar un lugar cómodo donde ella pudiera sentarse y admirar el paisaje, al final me decidí por un amplio y suave sofá. Uno rojo igual al que había en su casa cuando era niña, posiblemente no lo recuerde ya, pero en ese lugar solía esperar a que su madre terminara el trabajo para ir juntas a la cocina y comer alguna golosina. Ella se veía tan feliz mientras que esperaba allí, que quise replicarlo.
Una vez que la había llamado, me quede un tiempo en silencio sin que me viera. Primero quería mirarla bien, quería entender esto que me hacía sentir. Aunque ya sabía la razón que había detrás, aun así, mi mente actual necesitaba procesar la situación y las emociones actuales.
Su cabello caía con suaves ondas en un tono café oscuro. Su piel pálida y una contextura muy delgada. Por lo que había averiguado de su vida actual, era muy probable que su alimentación no fuera la correcta. Aun así, ante mis ojos, era la mujer más hermosa que había visto.
Ella miraba hacia todos lados con una expresión de confusión y satisfacción a la vez. Por su cara, era evidente que no terminaba de entender por qué estaba allí, aunque en sus ojos se notaba que le gustaba lo que veía.
Cuando la había mirado suficiente, me acerque a ella. Me vio directamente a los ojos sin desviar la mirada, era como si me hubiera reconocido, como si de alguna forma recordara todas las vidas que llevamos juntos.
Me di cuenta de que me sentía en calma con ella ahí, de seguro estaba más claro para mí que para ella. Yo había indagado sobre sus vidas pasadas y sabia la historia completa. Aun así, las sensaciones eran algo nuevo, esta historia apenas se estaba escribiendo y era nueva para ambos.
Ella estaba un poco nerviosa, pensé que se veía muy tierna. Me habló sobre algo que había en mi cabello y luego se acercó para quitarlo. En ese momento mi corazón palpito fuerte, no quería hacer nada que pudiera hacerla sentir incomoda, pero tuve unas ganas terribles de besarla.
Creo que por un momento pudo leer mi mente y dio un gran salto fuera del sofá. Esto me trajo de vuelta a la realidad y me di cuenta de que había olvidado el límite de tiempo, por lo que tuve que enviarla de vuelta de inmediato.
Una vez que ella se había ido, me quede en ese lugar por varias horas más. Después de ese día, visitaría esa playa frecuentemente solo para acostarme en aquel sillón y pensar sobre las cosas.
Para la segunda vez que decidí llamarla, habían pasado unos 3 meses desde la vez anterior. Había estado preocupado por su cuerpo ya que los humanos se desgastan mucho en ese lugar. También era difícil para mí llamarla y luego tener que dejarla ir y sobre todo saber que tres llamadas era todo lo que tenía y que ya había agotado la primera.
Para esa segunda vez, me sorprendió el hecho de que estaba muy consciente de la situación, incluso me preguntó si todo era real. Por lo general todos lo toman como un sueño, cada persona es diferente claro, algunos lo verán como señales y seguirán nuestra guía, otros simplemente lo ignorarán, pero ninguno pensará jamás que había alguien real detrás de escena calculando cada movimiento… a excepción de ella.
No había mucho que le pudiera decir en todo caso. La existencia de nuestro poder es un secreto y solo los miembros del clan son conscientes de ello. Cualquier persona que llegue a descubrir algo, eventualmente lo olvidará ya que su cerebro no podrá encontrar ninguna lógica en ello y no logrará procesarlo, por lo tanto, le buscara una explicación que se acomode a su lógica y luego solo lo olvidará. Para casos en los que es necesario una acción inmediata, hay generaciones con la habilidad de borrar o modificar los recuerdos.
A ella no era necesario someterla a algo tan extremo, pero me pareció curioso que recordara todo tan vívidamente, tanto que incluso intentó volver por sus propios medios a ese lugar que yo había creado, algo que obviamente era imposible de lograr.
Esa segunda vez, sentí que se había hecho más cercana a mí. Sentí que nuestra conexión era real, todo lo que había visto sobre nosotros en el pasado, se volvía cada vez más real en este mundo también.
En un momento ella me acariciaba y yo no pude evitar corresponderle, quería hacerla mía como ya lo había hecho tantas veces antes. En esa ocasión fue imposible contenerme y en un momento ya la estaba besando y acariciando también. Mis manos se movían solas por todo su cuerpo con una sed que hasta ese momento no sabía que tenía. Mi mente quedó en blanco y solo podía pensar en ella. El ancho sofá se nos hizo pequeño, el deseo en ambos solo iba en aumento, era una sensación como si aun con nuestros cuerpos conectados, no fuera suficiente. Queríamos más, más del otro, fisionarnos, más cercanía, más tiempo…
Para cuando mi mente regresó de su euforia, no sabía bien cuanto tiempo había pasado. Era claro que el tiempo límite ya había sido excedido y se estaba tornando muy peligroso para ella continuar ahí.
¡Ah maldita sea! Fue tan difícil dejarla ir por segunda vez. Incluso tuvo la idea de compartirnos nuestros nombres y direcciones para encontrarnos en el mundo real. No necesitaba ni mencionarlo, si fuera tan fácil, ya estaría allí a su lado…
Esa fue la última vez que la vi, no salí de ese lugar por varios días, me quede allí repasando en mi mente todos los momentos que compartimos una y otra vez, volviendo a sentir todas aquellas sensaciones y muriendo un poco cada vez que recordaba que esa podría haber sido la última.
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